3 megarelatos - más un microrelato fantasioso –

sobre Historia de la Ciencia por Juan David García Bacca.

 

Por Carlos Calderón.

 

Trabajo presentado para la Cátedra de Historiografía de las Ciencias perteneciente al Doctorado Interuniversitario de Historia de las Ciencias. Universidad de Barcelona / Universidad Autónoma de Barcelona. Enero 2004.

 

 

 

 

 

 

Sumario.. En este ensayo se intenta analizar, hacer un balance y visualizar, en clave historiográfica, la aproximación a la Historia de la Ciencia que hiciera el filósofo Juan David García Bacca a lo largo de su vasta obra, desde su peculiar modo de filosofar y en el marco de las relaciones entre ciencia y filosofía. Se organizan algunas de sus obras en tres aproximaciones de escala creciente. En el primero García Bacca propone una visión histórica rupturista y discontinua basada en lo que el llama “inventos”, una categoría historiográfica que agrupa a planes, conceptos e instrumentos, para dar cuenta de la dinámica de la Historia de la Física como plan sintético-inventivo y en el marco de la filosofía kantiana. En el segundo se alude a las grandes etapas de la ciencia como interpretativa (mundo clásico y medieval), transformadora (época moderna) y transustanciadora (època contemporánea). En el tercer relato se comenta el encuentro entre filosofía y ciencia como intentos, a lo largo de la historia, por responder al que y al qué de las cosas. La diferencia en el acento marca una diferenciación histórica y disciplinaria. Finalmente, podemos concluir, con el microrelato propuesto, el cómo la Historia de la Ciencia, a la cual nos invita García Bacca, es un desplazamiento de una fase mágica, a fases matemático-físicas y finalmente, sociológicas. Si bien esos megarelatos, conformen crecen en escala,  poseen un marcado cariz filosófico, consideramos que el perfil de GB como catedrático asociado a la filosofía y las ciencias físico-matemáticas en la España republicana y luego en el exilio, proponen una convergencia cuyo punto de encuentro es la Historia.

 

 

Indice.

 

  1. Introducción. ………………………………………..……………………………………   1
  2. 1er. Megarelato: Historia filosófica de la física …………………………….………..….   5
  3. 2do. Megarelato: Ciencia interpretativa, transformadora y transustanciadora …...…..…  11
  4. 3er. Megarelato: Del que es al qué es ……………………………………………..…….  12
  5. Microrelato fantasioso: De magia a técnica …………………………………..………....  13
  6. Conclusión y últimas consideraciones ………………………………………..………...   16
  7. Bibliografía …………………………………………………………..…………………   17

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Introducción.

 

“Soy vasco-navarro, nacido en Pamplona, de padres aragoneses y de formación cultural catalana". Así es la mínima biografía de Juan David García Bacca (GB)[1].

Muerto en 1992, a los 91 años, GB es hoy un intelectual en proceso de reivindicación. El largo exilio, al cual fue obligado por “por motivos de conciencia democrática”, ha originado esta suerte de vacío comunicativo en lo que respecta a su obra, tanto en los ámbitos filosóficos como en los científicos. En Caracas, Venezuela (lugar de origen de quien aquí escribe) GB vivió la mayoría de su ya larga vida (del 1946 a 1977) y su nombre resuena por aquellas tierras en calles e instituciones, pero al igual que en España su pensamiento aún está a la espera de una estrategia comunicativa que lo catapulte hacia un público mayor.[2] Su “filosofar en español” es cuestionado por la originalidad y complejidad lingüística y redaccional de sus escritos (aunque ahí esté gran parte de su estilo propio de filosofar) pero, y he aquí tal vez el meollo del asunto, su filosofía está apoyada, si se puede decir, íntegramente en la ciencia. Y en la ciencia de cara y de frente. Una lectura de la obra garciabacquiana reclama por un conocimiento, sino de primera mano, por lo menos amplio y sólido sobre ciencias físicas y matemáticas, a la par que en la historia de las mismas. Ignacio Izuzquiza, en lo que se considera la primera presentación completa de la obra de JDGB: “El proyecto filosófico de Juan David García Bacca”, deja claro que  “…la reflexión sobre la ciencia – en su vertiente formal, natural y algunos ejemplos de ciencia social después de 1956 -  engloba, bajo un mismo ámbito, todos los rasgos del pensamiento de nuestro autor”.[3] Más claro aún es Izuzquiza cuando destaca, entre la obra de GB, a “los estudios de historia de las ciencias que son de una extraordinaria originalidad y revelan la preocupación por considerar la física y la historia de la ciencia como elementos centrales del trabajo de un filósofo – y, mucho más de un historiador del pensamiento”.[4]

 

En el presente ensayo pretendemos invitar al lector a una lectura en clave historiográfica de algunas de las obras que GB produjera, directamente, relacionadas con la Historia de la Ciencia. Para ello hemos tomado, entre otros, como emblemáticos los siguientes escritos:

 

- "Historia Filosófica de la Ciencia"[5]: los capítulos dedicados a la Física (en los cuales JDGB otorga, las por él llamadas,"Patentes de invención", a una serie de científicos a lo largo de su gran relato de la Historia de la Ciencia.)

 

- "De Magia a Técnica"[6]: el capítulo dedicado a Maxwell y Hertz. Este ensayo  permite precisar la consistencia de algunos de sus pensamientos al respecto de la Ciencia y su Historia, pues entre, éste y el anterior, median unos 25 años. En este ensayo GB entremezcla- en el más puro estilo multidisciplinar y en una atemporalidad notable-, El Quijote, Manuel de Falla, el propio JDGB y, por supuesto, Maxwell y Hertz.

 

De una obra vastísima, cabe destacar el hecho de que fuera el introductor en España de la lógica matemática y, según muchos, el único que la explicaba en la Península hasta la guerra civil. Es un pionero; formado inicialmente como sacerdote claretiano, GB, orientó sus investigaciones hacia la lógica y las matemáticas y, aún en el sacerdocio, fue catedrático en la Universidad de Barcelona, en la cual inauguró, en 1934, la cátedra de Filosofía de las Ciencias en dicha universidad.

 

GB luego de culminar, su luego fallida, profesión y vocación de sacerdocio recibió lo que el denomina “choques” contra los fondos que dicha formación había generado en él. Choques filosóficos y científicos contra los fondos aristotélicos-tomistas todos en su mayoría provenientes de sus estudios científicos (y, de alguna manera de los avatares políticos de la España republicana)[7]. De 1928 a 1939, GB nos cuenta en su último libro autobiográfico[8] cómo deshace en pedazos las “vaguedades conceptuales, realmente inoperantes, que dan la ilusión de una coherencia sintáctica, tan vaga como ellas” que provenían de su fondo filosófico veinteañero. Estudios de Física Atómica y Teoría de la Relatividad en Munich con A. Sommerfeld, y, en la misma Universidad de Munich, Álgebra y Teoría de Números, Cálculo Infinitesimal, Ecuaciones Diferenciales, Geometría y Topología. Estudios en el Instituto Henri Poincaré de Paris (1937-1938), Teoría de Conjuntos (Lebesque) y Cálculo de Probabilidades (Borel).junto al desarrollo consistente de sus estudios de Lógica y Filosofía de las Ciencias pulverizaron aquel fondo religioso.

 

Su atmósfera intelectual pasó de irrespirable y dogmática escolástica a una atmósfera de ciencia. Una atmósfera que al decir de GB estaba plena de “independencia, problemas, discontinuidad – pensamental y temática -, probabilidad y novedad…una atmósfera respirable y vivificante, la misma para filosofía y ciencia.” Y convirtió a sus obras en tribunas donde intervienen por igual, y con igualdad de derechos, filosofía y ciencia.

Pero ambas disciplinas, como el mismo GB dice, y a riesgo de ser acusado de historicista a ultranza -, son historia.  GB propone que toda actividad humana real es historia, entendiendo a aquellas actividades como vivientes, intelectiva y sentimentalmente hablando, emprendedores y aventureros. Queda claro para GB que este historicismo es una manera de enfrentar a los detractores de la mutabilidad, a aquellos que van detrás de los abstractos que ni nacen, crecen ni mueren. Historia, en voz de GB, “…es, pues, una manera eminente y total de ser viviente. Por ser la historia elemento de la atmósfera de nuestra época, es nuestra época la más viva, vivaz, viviente y repleta de víveres que haya existido jamás”.[9]

 

Para GB la Historia se mueve a golpes, o más bien, “al compás de inventos”. Es esta una visión rupturista, discontinua, musical, en la cual el invento, la aventura o la empresa o, en todo caso, la consolidación de una ocurrencia se instalan en el devenir de las épocas, o, mejor dicho, en las atmósferas de las épocas[10].  A manera de metáfora musical, así como hay acordes que pueden perdurar gracias a la inventiva musical, los inventos de la historia – sean formas políticas, sociales, religiosas, científicas, técnicas…- pueden obstinarse en perdurar. “Son los remansos, las marismas, los tradicionalismos de la historia, Pero al primer “invento” que sobrevenga, pasan sin remedio, a la cola, al museo; y les sucede inmediatamente lo que el retrato de Dorian Gray: les sale de golpe, la vejez a la cara; sus defectos, parcialismos, provincianismos, anacronismos.” [11]

 

De lo anterior rescatamos que más importante que los remansos en la Historia son las estelas. Pues la Historia es vista como una serie donde el orden y la temporalidad permiten ver cómo se fragua una estela de coherencia entre los inventos. Esa coherencia no supone continuidad de una forma a otra, pero si el cómo se engloban unos a otros. Dice GB: “En la estela o cola de geometría axiomática se hallan englobadas ordenadamente la geometría del heleno Euclides…y las casi contemporáneas muestras de Gauss, Lobatschevski, Riemann; y a formar parte de la estela o cola de la teoría de la relatividad ha pasado la física de Newton, que a su vez, hizo pasar a la cola la física medieval y la griega”.[12]

 

Veamos en estos relatos algunos aspectos de GB como Historiador de la Ciencia, una disciplina en la cual el mismo autor se considera un advenedizo aunque reconozcamos en ello un ejercicio de humildad con sus buenas dosis de humor. Sin embargo no perdamos de vista lo dicho anteriormente,  GB es un filósofo de formación inicial aristotélico-tomista, posteriormente de física, lógica y matemáticas de inicios y mediados del S.XX, y finalmente fundidos en el crisol de toda la filosofía occidental. Todo esto sazonado con buena dosis de saber enciclopédico, exilio republicano, dominio de las lenguas antiguas (latín y griego) y un genuino deseo de originalidad, es decir, de pensar por cuenta propia. Consejo que igualmente extiende al lector.

 

1er. megarelato. Historia filosófica de la física: Planes  y Patentes de Invención.

 

En 1961 GB publicó lo que podríamos considerar su primer libro, abierta y explícitamente, dedicado a la Historia de la Ciencia: “Textos clásicos para el estudio de la Historia de las Ciencias”[13]. Auspiciado por la Universidad Central de Venezuela sirvió este libro para tronar, ahora desde la trinchera de la historia de la ciencia, contra los filósofos “…que no quieren escuchar y trabajar un poco en matemáticas”[14]. Este detalle, nos sirve para calibrar la importancia que GB otorga al conocimiento científico como fuente para la reflexión filosófica. A pesar de haber publicado desde 1931 obras relacionadas directamente con las ciencias modernas, incluso a nivel divulgativo[15], incluyendo su célebre y pionero ensayo sobre Relatividad de 1941[16], es en 1963 cuando GB se propone realizar lo que podemos denominar “megarelatos” de Historia de la Ciencia. Una descripción histórica que abarca grandes períodos cronológicos y procura descubrir, sino la razón de su devenir, por lo menos la manera como ellos se anidan y se ponen, al decir de GB “en cola”. Hablamos del ya mencionado libro “Historia filosófica de la ciencia”, dedicado, en particular, a la Física y la Lógica.

 

“Tómase, pues, en serio la historia” indica GB en el prólogo de este libro y nos advierte que va a hacerse historia de la física apoyada en el punto de vista kantiano y que de ello resultará una historia que es a la vez racional y discontinua. Dejando claro que una característica, al pesar de la otra, es lo que la hará admirable, o por lo menos será una retrospectiva coherente.[17]

Poniendo especial atención en su Historia de la Física asistiremos a su particular método de hacer Historia que parte de los conceptos filosóficos de la filosofía kantiana y los convierte en conceptos historiográficos. Veamos la estrategia de GB.

 

En primer lugar se detectan lo que llama el autor “Verdades físicas con Patente de Invención”. Detengámonos aquí y disculpe el lector el matiz filosófico que pueda tomar nuestro ensayo – intentaremos partir de él para recabar en el quehacer de la historia - .

 

GB nos explica que una “verdad” simple es aquella que nos presenta las cosas y las hace patentes de manera que quedan “al descubierto”, “sin velos”, - del griego aletheia – y “se aparecen” las cosas, ahora como logos. Pero este tipo de verdad – “verdad con patencia”, si bien nos presenta las cosas, a la vez nos excluye las causas que la hacen aparecer. Este otro tipo de verdad, la verdad que se muestra con su causa, su accionar y padecer, es llamada por GB como “Verdad con Patente de Invención” por cuanto busca, programática y temáticamente, las causas y elementos de las cosas. Es la diferencia entre el conocimiento fenomenológico y el conocimiento físico. El término “Patente de Invención” – no exento del humor garciabacquiano – alude a la capacidad, o “desconcertante extravagancia”, o simple “inventiva” que posee el ser humano para crear. Pero esta definición nos anima a precisar otra más interesante, la de Invento.

Invento es  uno de los conceptos fundamentales de la obra filosófica e histórica de GB. Es el producto o enmaterialización eficiente de una ocurrencia genial, de una  aventura emprendida, como siempre, por unos pocos; empero, sobrevenida o emergida al mundo humano”. Veamos más en detalle esta ontología de la creación, y discúlpenos el lector, de nuevo, la digresión filosófica…

 

En su libro “Curso Sistemático de Filosofía Actual”[18] GB nos acota un desarrollo muy claro de lo que es la gesta histórica: “Las cosas y los hombres… son` presupuestos´ o ´datos´ , no porque hayan sido ´dados´ por alguien para algo, sino simple y llanamente porque ´aun antes de´ parecidas interpretaciones, formuladas más o menos explícita y racionalmente, ´nos encontramos ya´ con todo eso,…”.  Si seguimos la gesta vemos que la ocurrencia de que algo dado sirve para hacer algo (proyecto) convierte a lo dado en hallazgo, el hallazgo al hacerse repetible o transmisible se convierte en novedad. La novedad pasa entonces a invento, cuando al hombre le acude el hacer algo para que sirva para, pues la novedad, repetible y transformable se enmaterializa en cosas artifíciales, artefactos, inventos, (ej: el leño que flota en el río se convierte en balsa, la rama en bastón, el eco en radar, el grito en lenguaje…)[19] . Es Invento uno de los categoriales básicos, pues el invento, que a su vez satisface necesidades, igualmente, inventa nuevas necesidades. Veamos el ejemplo: “Necesidad natural es comer de todo lo que…resulte apetecible…Entre hambre y saciedad;... es lugar propicio – no necesario ni suficiente - para que surja esa novedad mínima que es el trueque…Trueque es novedad;…y a su vez lugar propicio…para la necesidad de una moneda concreta vgr. ganado trigo, hierro…”  Si seguimos (y ampliamos) en la cadena de invención de necesidades conseguiremos que sobre la necesidad inventada de trueque, surge la de moneda abstracta (oro, conchas, etc) sobre esta necesidad de cambio, surge el invento billetes (valor de cambio), y sobre estas tarjetas, compra on-line, etc. De todo esto se concluye que la novedad no es previsible con racionalidad prospectiva, pero si con racionalidad retrospectiva, y que se enlazan con apertura al infinito.

GB no se amilana a la hora de insistir con metáforas de la cotidianidad y declara que toda ocurrencia o novedad que se imponga como invento relega a otros “a la cola”, y los deja como piezas de museo, “…o cuando más andan por nuestro mundo, a veces, cual decorosos jubilados”.  Este texto, escrito en 1966, merece complementarse con otro del 1989 que permite calibrar mejor este historicismo garciabaquiano: “Pero todo invento carece y tiene que carecer de racionalidad prospectiva…Pero venidos, por sorpresa, a la realidad, aportan una racionalidad retrospectiva – algo, por tanto, nuevo – a lo anterior, a algo que estaban siendo presente, definido: la de obsoleto. Hacen, pues, los inventos – en todos los órdenes: político, religioso, científico, técnico, éstético…- historia.”[20]

El lenguaje de GB, anclado en palabras de la cotidianidad puede atentar contar su propia significación. Los inventos son los fundamentos de la historia, pero esperamos que haya quedado claro que la categoría de invento no alude a la idea del inventor y su bombilla en la cabeza con su “eureka” a manera de fumeto… sino que Invento es una categoría (metafísica, por supuesto…) que alude a la manera como el ser humano expresa su actividad creadora: un mundo artificial de aspectos diferentes al natural (que es más,¡lo aniquila!) para hacer cumplir un Plan determinado. El artefacto, el invento y la novedad niegan lo natural e intentan sustituir las esencias por planes. Es elevar, y con esto culminamos la digresión filosófica, el tiempo y la evolución al mismo nivel que el ser.

Una vez definido el concepto de Invento, y armado de las “Verdades físicas con Patente de Invención” GB lo extiende a tres categorías históricas: conceptos, planes e instrumentos. “Proceder por inventos, - de conceptos, de planes, de instrumentos -, que completen a la vez que superen de manera imprevisible la fase anterior, sería la propia formulación de la historia real de nuestra física – cada vez más y mejor, sea para mejor o para peor.” La física progresa y no da resultados finales pues ha inventado un camino que discurre por “ocurrencias (invento de conceptos), planes (invento de proyectos), experimentación (invento de instrumentos)…La Física no tiene ni final ni fin; resultado final. Su método no es el analítico sino el sintético-inventivo.” [21]

 

Veamos el resultado de esta investigación. Según GB la Física ha progresado como una Física de Transformación. Presentamos entonces aquí estas propuestas de transformaciones donde no encontrará aquí el lector nombres inesperados. Nos hallamos ante los gigantes de la Física pero colocados en la situación de agentes de un Plan que avanza, según GB, y apoyado en Kant, “ por revolución, ocurrencias geniales y felices, chispas de súbita iluminación, por inventar y seguir un plan”.[22] Es una visión rupturista y discontinua, con racionalidad retrospectiva y prospectivamente imprevisible. En esta historia es la filosofía la clave que produce conceptos historiográficos que permiten comprender el devenir histórico de la ciencia. Con este instrumental metodológico GB pregunta a la Historia desde su terreno propio: el filosófico y, simultáneamente, pregunta a la filosofía desde su otro terreno propio, el científico. El resultado es una obra cruzada de referencias que a través de los tres terrenos termina configurando uno único: al cual no queda sino llamarlo, tal como el título lo prometía, Historia Filosófica de la Ciencia.

 

Recapitulemos, GB reconoce, primero una “Verdad Fisica del Tipo Patente de Invención”, detecta el Plan (nuevo, sintético y racional) lo describe y, finalmente, otorga, cual funcionario de una hipotética Oficina de Patentes Históricas, la Patente de Invención. No es difícil ver que el Plan es a su vez un Invento, un invento en la Historia, y, como el mismo GB dijera, la Historia es “sarta de inventos que traen cola”. Alguien tenía que otorgar la Patente.

 

Primera Verdad Física del tipo Patente de Invención.

Plan Causal

Patente de Invención para Aristóteles. Siglo IV AC.

 

Este primer plan obtiene su patente gracias a eliminar la preferencia por el “eidetismo”, es decir, la suprema imposición de la imagen y lo visible de las ideas. Los “eides” o ideas se muestran  y aparecen cual aparenciales “phainomenon” pero sin mostrar sus causas. Mostrar que lo visible posee “causas” no visibles es la extravagancia u ocurrencia de Aristóteles. Pero para ello emprende su Plan Causal de manos de las causas material, formal, eficiente, final, y movimiento en espacio y tiempo. De aquí en adelante la física se dedicará a buscar de manera porfiada y simultánea las causas y movimientos en espacio y tiempo durante varios siglos. GB se encarga de decirnos los inconvenientes de dicho Plan: “Lo malo de su invención reside en que creyó que las funciones eidéticas y las reales de las causas iban apareadas”. Un ejemplo lo aclara, dice GB “Cuando, pues, Galileo afirme que todos los cuerpos – vivos o no, con una u otra diferencia específica, con una cara eidética u otra -, caen con la misma aceleración con la misma velocidad y según una misma ley para el espacio recorrido, asestó un golpe tal a la física aristotélica que desgajó para siempre la causa eficiente de la formal.”

Pero la ocurrencia de buscar causas, no reales, en los fenómenos reales le merecen la Patente.

 

Segunda Verdad Física del tipo Patente de Invención.

Plan Categorial Objetivo y Geométrico

Patente de Invención para Ptolomeo S.II y Proclo S.V.

     

Aristóteles, que había inventado un Plan Causal para el mundo sublunar no se atrevió a llevarlo a los cielos. Allá regía lo eterno e inmutable. En este segundo Plan, GB le otorga a Ptolomeo la supremacía por dar a la lógica, la geometría y la aritmética un papel preponderante para que aquello visible pueda ser demostrable y deducible. Ptolomeo es quien realiza las “pro-thesis”, quien habla de proponer –no de “sub” poner, hypo thesis - y demostrar las apariciones de lo real.  En el caso de Proclo, GB destaca su valentía de clamar por lo anómalo, complejo y rebosante de acontecimientos de los cielos y su llamado a “ponernos a mirar” y no “ponernos a pensar” para poder aprehender las medidas, el metron, de los aspectos visibles de las cosas. Aunque Proclo no aporte originalidad a los escritos de Ptolomeo e Hiparlo, GB reconoce en él una metodología científica que perfila los futuros planes categoriales de Galileo, Newton, Einstein y Broglie. Extrae GB de su libro “Hypotyposis” lo siguiente: “no hay que proceder (en astronomía) como en las otras ciencias, que se parte de hipótesis o posiciones básicas para de ellas llegar a consecuencias bien definidas; sino al revés, lo que hay que hacer es partir de consecuencias y fingir entonces hipótesis que permitan demostrarlas”.

La lógica, la aritmética, la geometría y la medida le merecen la patente a Ptolomeo y Proclo. Sin embargo acoplar el Plan Causal aristotélico con este nuevo Plan categorial y objetivo se les escapa. 12 siglos harán falta.

 

Tercera Verdad Física del tipo Patente de Invención.

Plan Categorial Objetivo con Plan Causal adjunto.

Patente de Invención para Galileo.

 

GB opina que para acoplar ambos planes (el causal con el categorial) era menester fulminar las causas de tipo aristotélicas. El movimiento proviene de fuerzas y no de causas intrínsecas a los objetos. La causa eficiente está fuera del cuerpo. Este Plan galileano sustituye las categorías anteriores por unas nuevas y radicalmente distintas. La preferencia por el círculo y la esfera cambia por lo plano y recto[23]. Lo vertical y lo grave por lo horizontal y la idea de lo infinito y perpetuo se instala en el mundo sublunar. Un invento conceptual como la Ley de Inercia fulmina todo rastro de individualidades, es decir, es para todos los objetos, sin diferencias de género y especificidades propias de ramificaciones porfirianas. Por fin las causas reales y físicas se desacoplan de las eidéticas y visibles y Galileo tortura y violenta a la naturaleza de su curso, valga la redundancia, natural. Si bien GB otorga la merecida Patente de Invención a Galileo reconoce en él a un espectador sumiso y fiel que usando “aparatos” como prolongaciones del cuerpo espera encontrar en el lenguaje matemático los aspectos analíticos de las cosas. Esta física que elimina las causas finales aún se queda con las eficientes y las naturales que tienen mucho de “fuerzas”. Pero “masa”, “fuerza”, “instrumentos” y “experimentación” son un plan categorial-causal. La unión de la objetividad con la causa le corresponde, según GB, a Newton.

 

Cuarta Verdad Física del tipo Patente de Invención.

Plan Categorial Objetivo a la una con Plan Causal.

Patente de Invención para Newton.

 

La gran originalidad de Newton es, para GB, el colocar al Tiempo y el Espacio como absolutos. Este par de categorías objetivas se unen con las causales - masa y fuerza - para producir la idea de Ley Universal, fundiendo, a la vez, a Kant con Aristóteles (categorías con causas). Desaparecen las realidades ocultas y el concepto de Fuerza se presenta como un aspecto cósmico universal, siendo, por el contrario, la masa y la aceleración, aspectos de carácter individual.  Esta idea cósmica de la fuerza, le permite a GB, además de otorgarle la Patente de Invención a  Newton, prefigurar la idea “campal”. Esa fuerza “acampa” en el cosmos aunque Newton no hallara la forma de expresar este estado “campal”.

 

Quinta Verdad Física del tipo Patente de Invención.:

Plan Categorial en Coordinación Objetiva, a la una con Plan Campal.

Patente de Invención para Einstein.

 

En 1941 GB publicó lo que se considera el primer artículo, producido por un escritor español, en simpatía con Albert Einstein  . Thomas F. Glick en su libro “Einstein y los españoles” recoge, en el marco de la antipatía del régimen franquista hacia Einstein (producto de la misma antipatía de éste por aquél…), su libro “Filosofía de las Ciencias. Teoría de la Relatividad” como un articulo pionero y suficientemente documentado.[24]

En este quinto Plan, luego de aclarar que ha dedicado al tema einsteniano obras muy amplias, se limita a enunciar la importancia suprema de el cómo las magnitudes o realidades físicas acampan en el cosmos. La teoría de campos aplicada a la gravitación reconoce la existencia del Espacio-Tiempo; sin “y” intermedia. Y esta unión no es que sea unión de cosas que estuvieran de suyo realmente separadas,  sino que cualquier separación (en caso de ser posible en ciertos límites)  parte de esta fusión primigenia. Introduce aquí GB los conceptos “espacialoide” y “temporaloide” para referirse a aquellos fenómenos que no se nos muestran puros dada la naturaleza espacio-temporal de los mismos.

GB reconoce las limitaciones de la filosofía kantiana ( y con ello las de su estrategia historiográfica) y de manera honesta nos comenta que las formas a priori de la sensibilidad según Kant (el Espacio y el Tiempo) se propasan en sus funciones categoriales. Al reconocerse la fusión de Espacio-y-Tiempo las categorías kantianas ¡no sirven para definir objeto alguno!! Pero para ello los filósofos deberían proponerse “concienzudamente pensar sobre lo físico, sin miedo a que caigan derrotados ciertos ´idola tribus, idola specus, idola foris, idola theatri´. Pero en fin, allá cada uno con su conciencia científica”. [25]

La condición que impone el bloque categorial Espacio-Tiempo como condición global de posibilidad de los objetos de la experiencia sirve, entonces, para otorgar “Patente de Invención” a Einstein. Otorgada, pues.

 

Sexta Verdad Física del tipo Patente de Invención.

Plan Categorial Probabilístico, a la una con Plan Campal Cuántico.

Patente de Invención para De Broglie.

 

En este Plan GB reconoce lo terrible que las sospechas de la teoría cuántica tienen sobre una teoría del conocimiento. Citando a Broglie, GB llama la atención sobre los dos principios de una magnitud mecánica: la posibilidad y la probabilidad de dicha posibilidad. Esta nueva modalidad, la probabilidad, se suma a las categorías clásicas de la filosofía (ser posible, real y necesario) como el modo original y propio de ser contingente lo físico: el ser probable.

GB otorgará – aclarando, como un pequeño detalle de humor republicano, que no lo hace por su condición principesca… -  la Patente de Invención a De Broglie (sumadas a las ideas de Born, Heisenberg, Dirac y unos sugerentes puntos suspensivos…) y no a Planck, por haber edificado aquél toda una física sobre el tropiezo de éste.

 

Nuestra revisión del libro Historia Filosófica de la Física nos muestra un megarelato certero y estimulante. Se ha hecho filosofía, se ha hecho historia y se ha debatido sobre ciencia. Pero lo más interesante es que GB ha reconocido en 1963 la naturaleza discontinua de la historia de la ciencia. Si se puede decir, ha traído una visión “externa” - la filosofía – para explicar desde el “interior” la propia física. Ha reclamado a los filósofos no entrenarse en física, ha escrito el libro para que los físicos se entrenen en filosofía de la ciencia, y ha instaurado la idea del Plan como conjunto de inventos producto de ocurrencias y hallazgos. ¿Qué motivan estos hallazgos e inventos?, ¿qué dinamiza o motoriza el devenir de la ciencia? Son preguntas que se pueden responder desde otros megarelatos.


2do. megarelato. De la ciencia interpretativa a la transformadora y a la transustanciadora.

 

Si el lector considera los anteriores saltos históricos como saltos de gigantes, GB propone aquí un megarelato aún superior. El devenir de la ciencia ha pasado por tres grandes etapas: la interpretativa, la transformadora y la transustanciadora.  La etapa interpretativa es aquella en la cual la Ciencia se instaura como un paradigma, un ideal de conocimiento[26]. Este ideal es teórico y técnico (“…teoría para saber qué es una cosa y, sabido el qué es, aprovecharla, transformándola o no, para que sirva al hombre”). Es también un ideal ontológico y fenomenológico (“…en la medida que prescinde – no los niega ni los impugna- los conocimientos valorales o axiológicos e intenta hacer aparecer lo que las cosas son según los fenómenos que las hacen patentes y manifiestas). Es objetivo pues el “Pitágoras” del Teorema de Pitágoras “…es una deferencia histórica y no un paso en su demostración... El “yo” no entra como componente necesario de las afirmaciones de la ciencia.” Y, finalmente, es Sistemático pues “…excluye el enciclopedismo, el abecedario y exige el orden: sea de principios a principiados (axiomas-teoremas), causa-efecto (ciencias físicas), elementos-todo, abstracto-concreto, naturifacto-constructo.” Un orden que pueda abarcarlo todo y no una colección de datos, curiosidades, atisbos que caigan sobre mente y sentidos.

 

Este modelo básico de Ciencia es sobre el cual GB sitúa todas sus teorías del conocimiento. Pero esta Ciencia se enfrenta a la realidad en un “trato natural” (a la manera clásica y medieval) donde lo fenomenológico juega el papel principal. No es aún transformadora, pues, para ello, es necesario que a través de aparatos y actividades nuevas se muestren, de un modo no natural,  los aspectos peculiares de las cosas. Estos aparatos (plano inclinado, compás, regla…) propios de la Edad Moderna, no descubren nada sino que se limitan a presentar lo que ya es real de por sí. Pero estos aspectos son ya “trans-formaciones” de las cosas. Estas son, ahora, “objetos” con “peso”, “temperatura” y otros aspectos pero, aún conservan la realidad dadas.

 

La Ciencia actual es transustanciadora[27] porque niega la realidad de las cosas en la medida que sus aparatos inventados (vgr. Máquina de vapor, dínamo, transformador de corriente, reactor atómico…) permiten a su creador apropiarse de la realidad dada y crear nuevas objetividades y sentidos que no respetan, en modo alguno, lo natural, sino que lo transustancian en realidad artificial. “En virtud de la técnica moderna se transustancia materia en luz, y la luz en materia…”[28] Visto así la ecuación einsteniana de intercambio de energía y materia, la genética actual, la síntesis de elementos y la creación de nuevos materiales son ejemplos típicos de una ciencia y técnicas que tienen como plan, según la terminología garciabacquiana, la transustanciación.

 

Tres saltos discontinuos pero coherentes: interpretación, transformación y transustanciación constituyen un megarelato de amplias proporciones que describen el devenir de la ciencia, pero aún no descubren la razón del mismo. Pasemos al último de los megarelatos.

 

 

3er. megarelato. Historia de un acento. Lo que es y el qué es.

 

GB presenta a manera de ostinato una reflexión - ¿filosófica?, ¿científica?, ¿histórica?...-  que podemos afirma que guía su obra entera. Cualquier obra de GB posee a manera de leitmotiv (expreso, entrelíneas, o a manera de armazón conceptual) la diferencia entre dos aspectos de una misma pregunta: la pregunta por el que de las cosas. Esta pregunta es inherente tanto a la ciencia como a la filosofía y GB reconoce que es la ciencia actual la que presta a la filosofía los mejores aportes para responderla.

Veamos la caracterización de esta idea de manos de GB: “La cuestión es siempre la misma: el qué es de una cosa, viviente o no, no es nunca lo que es su parencial, su realidad inmediata,… ” [29]Aquí GB reconoce la paternidad de esta ocurrencia a Demócrito cundo nos dice que por ley “hay sabor, olor, calor, más en realidad de verdad hay sino átomos y vacío”. GB es más explícito al enunciar el desconcierto que causa el oír que el color sea “cualidad especial de la vibración transversal de un campo electromagnético, regido por ecuaciones diferenciales parciales, sometidas en última instancia a condiciones cuánticas…” . a diferencia de lo que pueda ser para nosotros en su aspecto puro y simplemente aparencial: verde, rojo, etc. Otro ejemplo: el agua. Es, para nosotros, “líquido insípido, disolvente, incoloro, bebible, componente mayor de caldos…” pero su qué es para la ciencia es H2O, colección de partículas – protones, electrones, mesones…- subtendidos en campos electromagnéticos, gravitatorios y movimientos regidos por la mecánica cuántica e impregnados por leyes matemáticas.

“La física moderna es, pues, auténtico proyecto de responder a la cuestión qué es una cosa, - sobre la base natural, necesaria, mas no suficiente, de lo que la cosa es: de lo que directa, global, purificadamente ya, presenta…”[30]. Es esta una definición en Fase Histórica: todo Plan o conjunto de inventos es un intento por pasar de lo real a lo que según GB, se denomina, real de verdad. De lo que es la cosa al qué es la cosa. Esta es una categoría historiográfica original. La Historia de la Ciencia es la historia de un acento.[31]


Un microrelato fantasioso. Maxwell-Hertz: De magia a técnica.

 

Es claro ver que conforme el megarelato aumenta su escala, la reflexión histórica se tiñe cada vez más de filosofía. De esta correspondencia era difícil escapar, dado el perfil del autor que comentamos, el cual se considera “filósofo” – de profesión y vocación – y en todo lo demás, con soberbia humildad…, principiante: físico, matemático, historiador, músico, literato, escritor…

Ese carácter multidisciplinario de la obra garciabacquiana cobra un cariz especial en su obra ya mencionada, De Magia a Técnica. Es tal vez una de las obras más originales en cuanto a sus estructura, estilo y género. Es, de nuevo, un megarelato, compuesto por tres pequeños microrelatos. Veamos en detalle su estructura y planteamiento.

GB coloca el subtítulo, no menos complicado, de Ensayo de Teatro Filosófico-Literario-Técnico. Y como tal pretende que el lector lo tome así. Desgranemos la estructura para luego comprender su planteamiento:

  1. GB nos hace leer el pasaje de El Quijote, “El Retablo del Maese Pedro” para que lo coloquemos – mentalmente – como fondo de analogías con lo que será su propio retablo. [32]
  2. A este retablo le incorpora la música (partituras) de la obra homónima de Manuel de Falla, la cual funciona como fondo musical.
  3. Una vez sazonadas la mente con ambos fondos nos presenta su analogía: un retablo científico-técnico que se compone de tres actos y sus respectivos marcos científicos. Una Historia que va de la magia a la realidad.
  4. Los retablos poseen un título y los siguientes personajes en clara analogía con el capítulo de la obra de Cervantes:

 

    1. De alfombra mágica a avión:

                                                               i.      Don Quijote: Carl Sagan. Astrónomo con componente de science-fiction e idea fija de vida fuera de la tierra.

                                                             ii.      El muchacho: el propio Juan David García Bacca.

                                                            iii.      El Maese Pedro: Herman Bondi. Astrónomo defensor de la Teoría del Universo estacionario.

    1. De “Sésamo, ábrete” a puertas automáticas.

                                                               i.      Don Quijote: Albert Einstein. Relatividad Generalizada e idea fija de Teoría de campo unitario.

                                                             ii.      El muchacho: el propio Juan David García Bacca.

                                                            iii.      El Maese Pedro: Karl Schwarszchild. Desarrollador de la teoría de los agujeros negros.

    1. De Lámpara de Aladino a lámpara eléctrica.

                                                               i.      Don Quijote: James C. Maxwell. Ecuaciones electromagnéticas e idea fija de ondas matemáticamente reales pero no observadas real y físicamente.

                                                             ii.      El muchacho: el propio Juan David García Bacca.

                                                            iii.      El Maese Pedro: Heinrich Hertz. Realizador de ondas electromagnéticas.

 

En cada retablo hay pues, un “Quijote”, es decir, una persona, según GB, cuerda, a ratos, y loco con sus ideas fijas (Sagan, Einstein, Maxwell). Un “muchacho” declamador (el mismo GB) que junto a Sancho Panza y el público del espectáculo creen en la realidad material del Retablo pero tan sólo son crédulos de la historia por él contada. Y un “Maese Pedro” que sólo cree en la realidad material de sus títeres o instrumentos de trabajo (Bondi, Schwarszchild, Hertz).

En el caso del Quijote-Maxwell[33] éste es cuerdo por descubrir y formular matemáticamente las ecuaciones diferenciales parciales del dominio electromagnético pero loco por predecir fenómenos no observados. Dejemos a GB colocar el planteamiento histórico: “Las ecuaciones de tal campo (diferenciales parciales) predecían entre sus consecuencias matemáticas la existencia de ondas físicas. Pero si los experimentos, aparatos y datos de Faraday confirmaban, unitariamente, las ecuaciones de campo – y éste podía preverlas y explicarlas a priori -, la idea fija quedábase en mera idea, tanto más grave cuanto tal idea fija era, por constitución y designio, idea física. Se le quedó así a Maxwell, quien no por ello descalificó sus ecuaciones diferenciales parciales. En Hertz, obsesionado inicialmente por tales ecuaciones, la idea fija (no física) se convirtió en idea física. Produjo las ondas electromagnéticas, transformadas por ello de simplemente matemáticas, a pesar de sus pretensiones y obligaciones de físicas, en realmente físicas” [34]

Y concluye GB, dando así forma a sus peculiares categorías historiográficas, “Hertz fue,…un Maese Pedro que llamó a la realidad, no a Don Quijote o al muchacho, sino a Maxwell. De la idea fija ineficiente, de ondas electromagnéticas, a idea eficiente físicamente”. [35]

 

En un momento del retablo, GB propone hacer una explicación detallada y rigurosa del tema y para ello coloca a sus personajes como rejuvenecidos en pleno S.XX para así asistir al desarrollo de la gran electrónica moderna partiendo desde sus propias teorías y descubrimientos. La historia que va de Lámpara de Aladino a Lámpara eléctrica cobra ahora una escala menuda emparentando al Genio de la lámpara con la electricidad.[36]

Dice GB: “Hago o rehago la historia (o historieta) del genio, según paralelismo con la historia, la verdadera historia, de la electricidad”. GB describe, entonces, las fases que llevan de la electricidad estática, confinada en la ebonita  (como el Genio en la lámpara) y mostrada  - o liberada - por frotamiento, hasta que podamos disponer de ella por medio de un botón. Durante esa descripción se auxilia de gráficos y diagramas para finalmente dejar a Don Maxwell y el Maese Hertz satisfechos de la explicación y dar por terminado el retablo: “…recójase y entrégueselo a un museo”.

 

Queremos agregar aquí que, durante la descripción que GB desarrolla en este último retablo nos propone una estructura del proceso histórico de la electricidad que se instala de acuerdo a las siguientes fases:

 

a)      Fase mágica: Electricidad estática y piedras de magnesia

b)      Fase matemático-física general: Experimentaciones y teorías de Faraday.

c)      Fase matemático-física especial: Experimentaciones y teorías de Maxwell.

d)      Fase matemático-física técnica: Experimentación e instrumentación de Hertz.

e)      Fase sociológica: inventores, ingenieros, operarios, usuarios. Electrónica actual.

 

Nos atrevemos aquí a identificar a estas fases, reagrupándolas –ahora sincrónicamente- , con los intereses que la Historia de la Ciencia posee hoy día. Las fases a., b. y c. corresponden al estudio de la Historia de la Ciencia como disciplina, si se puede decir “pura”, la fase d. con la Historia de la Tecnología y la fase e. con una Historia social de la Ciencia y la Técnica.[37]

Este es uno de los retos lanzados a los recientes investigadores en Historia de la Ciencia. A saber, poder unificar en sus investigaciones el respeto por las fuentes históricas y de todo aquél documento que responda a una pregunta que se le haga a la Historia. Dependiendo de qué y cómo preguntemos las fuentes adquirirán su relevancia, y podrán venir, no sólo de los manuscritos científicos, sino de diferentes ámbitos (sean las bibliotecas, los registros de hospitales, las crónicas de última página de la prensa o el Internet…). Reconocer la naturaleza omnipresente de la tecnología como vehículo portador de la ciencia enmaterializada y, por último, vislumbrar una historia de la ciencia, enriquecida de manera multidisciplinar con perspectivas y nuevas herramientas metodológicas, y que posee un innegable interés por conectarse con la vida cultural, política y económica de la sociedad contemporánea.

 

El libro culmina con tres finales, titulados: Final, Finalidad y Fin. Estos tres textos son una invitación a reflexionar sobre la Ciencia y la Técnica como empresa donde la inventiva coincide con la sentencia del Mago Zaratustra y conservada por el renacentista Marsilio Ficino: ”¡Oh, hombre, eres artefacto de naturaleza osadísima!” . En otras palabras, un hombre, un sujeto inventado, artificial, producto propio de la ciencia. Pero la discusión de esta ciencia– como empresa ontológica, antropológica y epistemológica desborda los límites que nos hemos impuestos para este ensayo. Solo nos queda decir que sin este referente no puede entenderse la insistencia de GB sobre la ciencia y su historia, y lo que es peor, verla como un perverso mecanismo de alienación y enajenación humanas.


Conclusión y ultimas consideraciones.

 

A lo largo de nuestros tres megarelatos y el último, que hemos denominado micro, resuena constantemente una historiografía que hemos denominado rupturista y discontinua y GB la caracteriza de racionalidad prospectiva imprevisible, pero con racionalidad retrospectiva coherente. Hemos asistido a variados conceptos historiográficos que permiten al filósofo hacer historia y filosofía de la ciencia. Todos son considerados por muchos de sus críticos como originales y de un gran poder explicativo. El lector lo juzgará igualmente.

De todas maneras el quehacer historiográfico de GB es siempre un fondo para sus estudios metacientíficos. Como dice Helge Kragh : “En la medida en la que la que se ven afectadas las funciones que pueda tener la historia de la ciencia para la filosofía, podemos decir que existen, grosso modo, dos tipos: el filósofo puede utilizar la ciencia de manera inductiva, de modo que, conociendo cómo pensaron y actuaron los científicos eminentes, puede generalizar estas experiencias históricas y convertirlas en doctrinas filosóficas... O, por el contrario pueden comprobarse las doctrinas filosóficas comparándolas con los datos de la ciencia”[38] Creemos que GB realiza ambos propósitos. Su itinerario intelectual se apoya y refuerza en ambas disciplinas y el presente ensayo lo que ha intentado es evidenciar cómo de ese mutuo apoyo surge un modo peculiar de hacer historia de la ciencia. Pero como el mismo Kragh dice: “las relaciones entre ciencia y filosofía son muy complejas y dista mucho de existir acuerdo al respecto”

 

Juan David García Bacca, propone un acuerdo a través de la historia, aunque el mismo reconozca que lo hace “sin pretensiones de historiador de ciencia y de técnica…”. Este pudor está siempre presente en sus obras y de todos, el mejor es aquél en donde invita a leer su obra bajo la pretensión de que el lector la piense por cuenta propia, sin delegarla en nadie. Por eso, sus obras siempre están redactadas en “…plan de invitación, incitación, instrucción y sugerencia”.

Aceptada la invitación.


BIBLIOGRAFIA sobre CIENCIA, HISTORIA y FILOSOFIA DE LA CIENCIA

de Juan David García Bacca. (En negrita las obras consultadas)

1930
"El principi de causalitat i les teories relativistes i quantitatives". Paraula cristiana (Barcelona) 2 (1930): 101-115.
1931
  
"Las nociones de causa, efecto y causalidad en las ciencias físicas modernas". Analecta Sacra Tarraconensia (Barcelona) VII (1931): 287-338.
1932
 
"Crònica de cosmología científica amb comentaris filosòfics". Criterion (Barcelona) 8 (1932): 161-174.
"El tratamiento axiomático, aritmético y relacional del cálculo de las probabilidades. Relaciones con el determinismo". Criterion (Barcelona) 8 (1932): 245-258.
1933
Assaigs Moderns per a la fonamentació de les matemàtiques. Vol. I. Barcelona: Institut d'Estudis Catalans, 1933. Vol. II 1934.
"Ensayo sobre las consecuencias físico-matemáticas de la teoría tomista de la materia y forma". Analecta Sacra Tarraconensia (Barcelona) IX (1933): 1-135.
"Simbólica (Lógica)". Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana. T. IX (apéndice). Bilbao-Madrid: Espasa-Calpe.Z.1.201, 1933: 1326-1339.
1934
Fundamentación de las matemáticas. Barcelona: 1934.
Lógica matemática. Vol I. Barcelona: 1934. Vol. II: 1935.
1935
Lógica matemática. Vol. II. Barcelona: 1935.
Ensayo sobre la estructura lógico-genética de las ciencias físicas (Tesis Doctoral en Filosofía). Barcelona: Universidad Autónoma, 1935.
1936
Introducción a la lógica moderna. Barcelona: Labor, 1936.
1939
Interpretation historique de la logique classique et moderne. París: Hermann (Actualités scientifiques), 1939.
"¿Qué es la moderna filosofía de las ciencias? Su estructura, sus métodos, sus resultados". Revista de la Universidad de Antioquía (Colombia) n° 34-35 (1939): 183-207.
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Filosofía de las ciencias. Teoría de la relatividad. México: Editorial Séneca (Colección Árbol), 1941.
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"Plan científico de la física en Galileo". Cuadernos Americanos (México) n° 1 (1943): 89-110.
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Euclides: Elementos de geometría (precedidos de Los fundamentos de la geometría, de D. Hilbert). Traducción, introducción y notas. México: UNAM, 1944.
1946
"La posición histórica de Leibniz en la fundamentación filosófica y científica del cálculo infinitesimal". Filosofía y Letras (México) XII.23 (1946): 11-44.
1947
"La evolución de la física como serie monótona creciente de inventos conceptuales". Filosofía y Letras (México) XIV.28 (1947): 217-247.
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"Actitud del hombre moderno frente a ciencia y técnica". Cultura Universitaria (Caracas) n° 30 (1952): 15-23. 1955"Los conceptos de naturaleza, técnica y ciencia en el Renacimiento y en nuestros días". Manual de Cultura Universitaria (Caracas) n° L (1955).
"Einstein. 1879-1955". Revista Shell (Caracas) IV.17 (1955)1: 15-20. 19802. 19913.
"Las nociones de "hecho" y "dato" en la Física Clásica y Moderna". Theoria (Madrid) n° 9 (1955): 17-24.
1957
"Einstein y la ciencia del siglo XX". Revista Nacional de Cultura (Caracas) n° 124 (1957): 184-188
1961
 Antropología y ciencia contemporáneas (Cuso de diez lecciones). Caracas: Instituto
Textos clásicos para la historia de las ciencias. Vol I. Caracas: Universidad Central de Venezuela, 1961. Vol. II: 1968.
1963
Historia filosófica de la ciencia. México: Universidad Autónoma de México, 19631.
1966
"Ciencia, técnica, historia y filosofía en la atmósfera cultural de nuestro tiempo". Boletín Informativo del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Caracas) n° 2
"Filosofía y ciencia". El Nacional (Caracas) 31-7-1966.
1967
Elementos de filosofía de las ciencias. Caracas: Universidad Central de Venezuela (Manuales universitarios, n° 1), 1967. 
1968
Textos clásicos para la historia de las ciencias. Vol. II. Caracas: Universidad Central de Venezuela, 1968. Vol. I: 1961.
1969
Curso sistemático de filosofía actual (Filosofía, ciencia, historia, dialéctica y sus aplicaciones). Caracas: Universidad Central de Venezuela, Dirección de Cultura (Colección Humanismo y Ciencia, n° 8), 1969.
1970
"Lógica dialéctica (L. D.) y lógica formal (L. F.)". Diánoia (México) n° 16 (1970): 144-156.
1974
"Líneas generales de una reconstrucción racional de los conceptos físicos fundamentales", Teorema (Valencia) IV.3 (1974): 319-334. Anthropos (Barcelona) n° 9, nueva ed. (1991): 138-143.
1977
Teoría y metateoría de la ciencia. Curso sistemático. Vol. I: Teoría de la ciencia. Caracas: Universidad Central de Venezuela, 1977.
1978
Newton, Isaac: Principios matemáticos de filosofía natural. Traducción y notas. Caracas: Universidad Central de Venezuela (Colección Las Ciencias, n° 5), 1978.
1979
Filosofia y teoría de la relatividad. Valencia: Cuadernos Teorema, 1979.
1980
"Einstein. Homenaje al filósofo de la ciencia". Arbor (Madrid) CVII.419 (1980): 7-22 (presenta un pequeño añadido al artículo de 1955). Anthropos (Barcelona) n° 9, nueva edición (1991): 133-138.
1984
Teoría y metateoría de la ciencia. Vol. II. Caracas: Universidad Central de Venezuela, 1984.
1987
Elogio de la técnica. Barcelona: Anthropos, 1987 (edición revisada de la obra de 1968).
1989
De magia a técnica. Ensayo de teatro filosófico-literario-técnico. Barcelona: Anthropos, 1989.
2000
Confesiones. Autobiografía íntima y exterior, Barcelona, Anthropos; Caracas: C.D.C.H. Universidad Central de Venezuela, 2000, 149 pp., Biblioteca Actualidad. 38.

 

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA.

IZUZQUIZA, Ignacio. “El proyecto filosófico de Juan David García Bacca”.1ra. Ed. Barcelona. 1984. Editorial Anthropos.

KANT, Inmanuel. Prólogo a la 2da. Edición. Crítica de la Razón Pura. En http://www.inicia.es/de/diego_reina/moderna/ikant/prologo%202a.htm

KOYRE, Alexander. Estudios de historia del pensamiento científico. Siglo Veintiuno Editores, s.a. Madrid. 1977.

HERTZ, Heinrich. Las ondas electromagnéticas. Univeristat Autonoma de Barcelona. Colección Clásicos de las ciencias. Vol. 2. Selección de las Untersuchungen, con introducción, traducción, notas y apéndices a cargo de M. Doncel y X. Roqué.

LOPEZ PIÑERO, José María. Historia de la ciencia e Historia en Once ensayos  sobre la historia. Fundación Juan March. Madrid 1976.

KRAGH, Helge. Cap.3. “Objetivos y justificación” en  Introducción a la Historiografía de la Ciencia. Editorial Crítica. Barcelona.1989

 

RECURSOS EN LA WEB CONSULTADOS

www.garciabacca.com. Portal administrado por la Fundación García Bacca en Caracas, Venezuela. Posee biografía, bibliografía del autor, bibliografía sobre el autor y abundantes imágenes sobre el GB y sobre las obras (portadas). También se encuentran digitalizados algunos de sus libros.

http://www.cibernous.com/autores/garciabacca/index.html La filosofia de la técnica de Juan David García Bacca. Tesis doctoral de Roberto Aretxaga Burgos.

 http://suse00.su.ehu.es/euskonews/0017zbk/gaia1704es.html Juan David García Bacca, un humanista a la altura del siglo XXI por Roberto Aretxaga Burgos.

http://ensayo.rom.uga.edu/filosofos/venezuela/g-bacca/ Presentación de García Bacca por Gerardo Bolado Ochoa
Santander, España. Site web nteresado por la reincorporación a la vida cultural española de su obra filosófica trasterrada, reconociendo que ese proyecto está impulsado por la publicación y difusión de sus obras por la editorial Anthropos, y otros proyecto los estudios de Abellán (1978), Izuzquiza (1983), Beorlegui (1988), Palacios (1990), entre otros.



Carlos Calderón.
Tárrega. Cataluña. España. 2004



[1] Utilizaremos la abreviación GB para referirnos a nuestro autor, tal cual como se ha hecho costumbre en muchos de los estudios e investigaciones al respecto. A su vez, prescindiremos en las notas bibliográficas a pie de página de la referencia a GB, salvo que se indique lo contrario, mediante la mención de otros autores.

[2] El exilio republicano de 1939 es motivo de variadas e innumerables iniciativas e investigaciones, que van, desde la construcción de instituciones como el Centro de Estudios Permanente sobre el Exilio - que intenta la recuperación y catalogación de los diferentes intelectuales exiliados con motivo de la Guerra Civil y de su obra - , y el Museo del Exilio en Girona, hasta portales como la Biblioteca del Exilio:  http://www.cervantesvirtual.com/portal/Exilio/index.html, Este portal presenta abundante referencias bibliográficas sobre el tema. Colocamos aquí uno de los próximos coloquios dedicados al tema -jun04- http://www.emigratio.com/CongresosyReunionesCientificas/nuevas_aproximaciones_al_exilio_.htm

cuyo objetivo principal es: “… el análisis de los distintos discursos sobre el exilio producidos hasta hoy, de los paradigmas -cultural, histórico y político- que han construido la noción de exilio, y de los modos en que éste ha sido textualizado, estudiado, invocado u olvidado. Por lo tanto, el exilio republicano no es entendido sólo en términos de un pasado que debe recuperarse, sino también en función del diálogo crítico que puede activar entre pasado y presente. ¿Por qué y a quién puede interesar el exilio  republicano español en el nuevo milenio?”.

[3] IZUZQUIZA, Ignacio. “El proyecto filosófico de Juan David García Bacca”.1ra. Ed. Barcelona. 1984. Editorial Anthropos. PP 469-470.

[4] Ibid. P.51.

[5] Historia filosófica de la ciencia.1ra. Ed. México: Universidad Autónoma de México, 1963

[6] De magia a técnica. Ensayo de teatro filosófico-literario-técnico. Barcelona: Anthropos, 1989

[7] Las aventuras de un joven religioso profesor universitario en Barcelona, con la mente en la física, la lógica y las matemáticas, al lado de iglesias humeantes, escondrijos secretos, prostitutas tentadoras y demás detalles conforman una de las partes – y valga la redundancia- más “confesionales”, de sus Confesiones de 1992.

[8] Confesiones. Autobiografía íntima y exterior, Barcelona, Anthropos; Caracas: C.D.C.H. Universidad Central de Venezuela, 2000, 149 pp., Biblioteca Actualidad.

[9] “Cap. III. Historia, como tercer elemento de nuestra atmósfera cultural”en  Ciencia, Técnica, Historia y Filosofía en la atmósfera cultural de nuestro tiempo. 2da. ed. Caracas: Universidad Central de Venezuela.1985. Ediciones de la Biblioteca.

[10] Asi como poseemos una atmósfera material compuesta proporcionalmente de gases, GB propone la existencia de una atmósfera cultural con sus componentes formales  y con un, por supuesto, porcentaje. Rogando complicidad al lector asigna un 40% de ciencia, un 30% de técnica, 7% de filosofía, 5% de derecho, 4% de arte, 2% de teología, y “..dejemos un 2% para otros elementos”. GB deja claro que, a manera de ejemplo, en otras épocas como la medieval, la dosis de teología pudo haber sido un 80% y un 0.5% para ciencia, siendo “…atmósfera de gases asfixiantes para medievales nuestra atmósfera; y para nosotros, la suya… en un millón de años, la atmósfera cultural se ha transformado al menos seis veces; sea por la introducción de nuevos elementos o por cambios en la dosificación de los mismos.”

[11] Ibid. PP.34-36.

[12] Ibid. P.33

[13] Textos clásicos para la historia de las ciencias. Vol I. Caracas: Universidad Central de Venezuela, 1961. Vol. II: 1968

[14] Ibid. P.122

[15] El tema de su tesis doctoral de 1933, se titula Ensayo sobre la estructura lógico-genética de las ciencias físicas  y el primer artículo sobre Lógica Simbólica en la Enciclopedia Espasa, lo redacta GB ese mismo año.

[16] Filosofía de las ciencias. Teoría de la relatividad. México: Editorial Séneca (Colección Árbol), 1941

[17] En el caso de la Lógica, nos advierte de ser bien diferente. GB la ve como una sucesión, sin duda coherente, de fases de formalización creciente y “mejor aún: de purificación de la misma forma”.

[18] Curso sistemático de filosofía actual (Filosofía, ciencia, historia, dialéctica y sus aplicaciones). 1ra. Ed. Caracas: Universidad Central de Venezuela, Dirección de Cultura. (Colección Humanismo y Ciencia, n° 8), 1969. 2da. Ed. Alfadil Ediciones. 1991

[19] Acotemos aquí lo que, igualmente, acota GB: “Novedad que no cuaja en invento es´ novelería´. Y ocurrente que no llegue a inventor no pasará de ´¨novelero´. Los noveleros son peste típica de nuestra época, precisamente por ser, de manera espectacularmente destacada, época de ´ inventos´.”

[20] De magia a técnica. Ensayo de teatro filosófico-literario-técnico. Barcelona: Anthropos, 1989. P.174.

[21] Quedan claras aquí las deudas kantianas y el autor no las esconde. Pero reconoce que ahí donde Kant entrevió el carácter sintético e inventivo de la Física, sin embargo, no lo explotó puesto que, no se le pedía pedir más…, GB procede a hacer entrar a la Física como serie de inventos conceptuales en el plan general kantiano y a enfocarla desde esta perspectiva.

[22] KANT, Inmanuel. Prólogo a la 2da. Edición. Crítica de la Razón Pura. Es posible leer el texto completo en http://www.inicia.es/de/diego_reina/moderna/ikant/prologo%202a.htm

[23] A. Koyré, en su ensayo Actitud Estética y pensamiento científico, insiste en la controversia sobre las preferencias geométricas de Galileo. Menciona Koyré como el historiador del arte E. Panofsky, en su ensayo Galileo as critic of the arts, aborda de manera insólita esta controversia vía estética: la actitud estética influyó de manera determinante en sus convicciones científicas. Los gustos de Galileo eran clásicos y combatía las exageraciones del manierismo, entre ellos a la elipse como la deformación de un círculo. Es lo rectilíneo lo que privilegia Galileo, y la elipse es el orden perfecto circular turbado por la intrusión del carácter rectilíneo que prosigue eternamente.

[24] En sus “Confesiones” GB recuerda como “El Gobierno de la República española  - establecido y reconocido por México como el único legítimo – fundó, con sus propios recursos, una editorial, Séneca de nombre, para ayudar a los autores republicanos, editando sus obras, o reproduciendo otras de valor internaciona. La dirigía José Bergamín. En ella me publicaron un volumen sobre Teoría de la Relatividad. Incluía, seleccionadas las memorias básicas de la relatividad. Las de Lorenz, Einstein, Wyel, Minkowski, Reichenbach. Con notas mías para aprovechamiento científico y filosófico. Y la editorial dedicó tal edición al presidente Avila Camacho, en agradecimiento por su actitud generosa hacia los republicanos españoles”.

[25] Historia filosófica de la ciencia.1ra. Ed. México: Universidad Autónoma de México, 1963.PP.104-105.

 

[26] “Cap. I. Ciencia, como primer elemento de nuestra atmósfera cultural”en  Ciencia, Técnica, Historia y Filosofía en la atmósfera cultural de nuestro tiempo. 2da. ed. Caracas: Universidad Central de Venezuela.1985. Ediciones de la Biblioteca.

[27] Este concepto, de innegable alcurnia eclesiástica, es uno de los más reveladores del autor. La idea de que la ciencia es capaz de trans–sustanciar, es decir, cambiar una sustancia en otra nos lleva a terrenos  propios de discusiones teológicas y escolásticas extrañas a la filosofía actual. La complicidad que exige este término al lector de la obra garcíabacquiana reporta sorpresas conceptuales de variada índole. La principal de ella es que la ciencia y técnica actuales sean consideradas la empresa transustanciadora por excelencia.

[28] Introducción literaria la filosofía. Barcelona, Anthropos, 2003. P.135

[29] Curso sistemático de filosofía actual (Filosofía, ciencia, historia, dialéctica y sus aplicaciones). Caracas: Universidad Central de Venezuela, Alfadil Ediciones. 1991. P 259.

[30] Ibid. P. 239

[31] Aprovechamos aquí para mencionar la naturaleza “española” de la filosofía garciabacquiana. Aunque formado en Cataluña y sus primeras publicaciones fueran escritas e catalán,, García Bacca se caracteriza por insistir en una filosofía en castellano, como método para forzar y crear un propio lenguaje filosófico. A este respecto, fundamentar su investigación filosófica e histórica en un “ ´ ” - acento - es un punto de honra en la necesidad de filosofar  y hacer historia en castellano. Otros autores, como Izuzquiza, reconocen en el trabajo intelectual de GB un modo peculiar de vida del “español”. Acota Izuzquiza, lo que dice GB en su libro Introducción Literaria a la Filosofía, que “el verdadero filósofo español no puede ni debe ser solamente ontólogo regional de lo físico, sino esteta – que el simple y mondo gusto a ser tal vez resulte españolamente desabrido”.

[32] En este episodio (Cap. XXVI) se narra como el titiritero, el Maese Pedro, presenta su espectáculo callejero en el cual Don Gaiferos libera de los moros a Doña Melisendra. El Quijote, escucha atentamente al muchacho ayudante del Maese, que declama las acciones mientras el titiritero mueve los hilos. En el arrebato quijotesco, y al salir en auxilio de los personajes principales, el hidalgo la emprende contra los títeres y todo el montaje, al confundir, una vez más, la magia del teatro con la realidad. Una vez destrozados, Don Quijote manifiesta que sus ilusiones son producto de malvados encantadores que le truecan la realidad continuamente y que por esto él yerra, al igual, continuamente. Pero ya el Maese Pedro conoce la locura de Don Quijote y más bien empuja su liberalidad. Consigue que le paguen su retablo, sus figuras y deja a Don Quijote en sus desvaríos que, por cierto, nunca habían culminado del todo.

[33]. Si bien la obra en conjunto consta de los tres retablos, el lector interesado podrá revisar los otros dos, los cuales poseen su suficiente autonomía en su lectura. En este caso queremos destacar este último por preparar las conclusiones de la obra de GB y ser el más pleno de detalles históricos y científicos.

[34] La obsesión de Hertz podemos leerla en una carta a sus padres del 13 de noviembre de 1887 donde comenta que “he tenido de nuevo suerte; y aunque falla algo con lo que contaba casi seguro, he de confesar que he sido casi descarado con mis deseos, y que debo de estar muy mal acostumbrado si no logro disfrutar con toda el alma de lo realmente deseado…Lo que ahora he estado haciendo de nuevo, me ha ido dando vueltas desde hace años, sin que creyese en la posibilidad de realizarlo”. Ver bibliografía al final.

[35] El sentido de realidad es tan fuerte en  Hertz que en las Conclusiones de sus escritos de abril 1888 nos comenta que sus experimentos fueron realizados “sin seguir en lo esencial ninguna teoría en particular; pues de hecho la fuerza demostrativa de los experimentos es independiente de toda teoría particular”.

[36] Todo esto va aderezado de citas al mundo de las “Mil y una noches” tanto literario como musical (Rimski Korsakov y su “Suite Scheherezade”). Es necesaria una gran dosis de complicidad del lector para disfrutar de tal cruce de referencias.

[37] Ya en 1975 el catedrático José López Piñero publicó su ensayo “Historia de la Ciencia e Historia” donde clamaba por la existencia de por lo menos estas ramas de investigación y la necesidad de una red de conexiones que liguen a la historia de la ciencia con una “historia total”. Y aunque reconocía lo oscuro de alguna de estas  ramas (vgr. la historia de la tecnología) daba al carácter multidisicplinario y el trabajo en equipo un valor de consecuencias infranqueables. GB es, dada su formación multidisciplinaria, un equipo en sí mismo. Pero ya sabemos a qué costo: aumentar la escala de los relatos y perdernos la minucia en el detalle historiográfico. GB posee la versatilidad para subir y bajar de escala en la Historia y este último retablo creemos que así lo comprueba.

[38] KRAGH, Helge. Cap.3. “Objetivos y justificación” en  Introducción a la Historiografía de la Ciencia. Editorial Crítica. Barcelona.1989. PP.53-54.